La oferta de viviendas usadas ha crecido los últimos años. Expertos en el área indican que, además, los precios de los arriendos también aumentaron.
En 2017, el valor promedio de los apartamentos de alquiler aumentó 20%, cifra que se traduce en que la demanda de los arrendatarios han girado su interés hacia los inmuebles antiguos por distintas razones.
Se considera una vivienda usada todo inmueble, ya sea una casa o un apartamento, que ya ha sido objeto de transacción de compra y venta.
Por otra parte, los estudios señalan que los estratos más cotizados, en el caso de Bogotá, son dos y tres. Es decir, los interesados en alquilar concentran su atención en buscar y concretar en estas áreas, mientras que los sectores menos solicitados son 5 y 6, con solo 10%.
Básicamente, los arrendatarios cierran negocios con apartamentos usados por motivos económicos. De acuerdo con los años de construcción, número de veces que se ha vendido y otros datos que tienen que ver con el historial de la construcción.
Sin embargo, que sea antiguo no quiere decir que las características deban ser negativas. Los arrendatarios siguen buscando estructuras de calidad, con reformas y obras que no pongan en riesgo la salud y bienestar de los habitantes, en el sentido de que una pared con humedad puede significar el desmejoramiento de la salud de los habitantes.
El estudio se levantó para brindar insumos e información en el mercado inmobiliario.
“La idea es que sirva de insumo para la toma de decisiones de las personas que están en el negocio inmobiliario o aquellas que quisieran invertir en vivienda o deseen conocer para cualquier efecto estadístico o teórico la información”, indicó la directora de Catastro Bogotá.
Como se ha mencionado, los precios de arrendamiento aumentaron en los últimos años. Los análisis sirvieron para conocer que en este modelo, el costó pasó de 1.000.000 pesos en 2017 a 1.200.000 pesos en 2019.
Otras preferencias
Los apartamentos tipo estudio y los de pocos metros cuadrados también registraron un incremento de la oferta. Las estadísticas son interesantes. De 708 arriendos concretados en 2017 pasó a 2.065 ofertas en 2019, lo que se traduce en un incremento del 192%.