Cada quien tiene su propia opinión al respecto, aunque no existe una respuesta definitiva, todos los argumentos presentan aspectos positivos y negativos.
Realizar un trabajo investigativo, conseguir la mejor información y tomar una decisión sobre la mejor opción y si se adapta a las necesidades del momento, sería lo prudente.
Aspectos positivos
Bajo mantenimiento
Cuando se es dueño de un inmueble recaen sobre sí las responsabilidades, mantenimiento y reparaciones locativas a que haya lugar. Sin embargo, cuando se arrienda, no hay que preocuparse tanto por ello, si hay algo que reparar o modificar se debe comunicar con el inquilino para solucionar la situación.
Es su responsabilidad hacer que las cosas de la propiedad funcionen correctamente, para ello es importante que todo quede estipulado en el contrato de arrendamiento y no haya sorpresas inesperadas si algo sale mal y esté fuera de control. Los propietarios pueden en algunas ocasiones añadir una cláusula especial sobre quién asume los costos de reparación.
Movilidad
Para quienes prefieren tomar una propiedad en arriendo, rentar puede ser una gran idea. Es más fácil mudarse cuando se arrienda una propiedad, mientras que los dueños de casa deben preocuparse por vender antes de moverse, y dependiendo del mercado, esto puede llevar un tiempo.
Costos bajos a corto plazo
Los precios del arriendo, especialmente para aquellos inmuebles pequeños y en estratos bajos, suelen ser mucho menores que los de una hipoteca. Arrendar puede significar un ahorro al final del año, considerando que cuando se es propietario existen muchos gastos en créditos hipotecarios, intereses, impuestos, seguros y otros asociados a ello.
No más remodelaciones
Generalmente cuando se arrienda no se está permitido ni pintar, muchos menos llevar a cabo grandes cambios. Algunos arrendatarios son más permisivos y pueden aprobar ciertas mejoras en su propiedad, pero puede que no se reciba nada a cambio por ello.
Aspectos Negativos
Pagar las deudas de otro
Arrendar significa que se está financiando la inversión de alguien más., es decir, pagando la hipoteca y los impuestos de la propiedad de otra persona, en vez de estar pagando la propia.
Incluso si se hacen algunas mejoras importantes en la propiedad, al menos que esté estipulado en el contrato de arrendamiento, el beneficio será para el dueño y no para el arrendatario, porque aunque se le descuente del pago de la renta siempre quedará la mejora en el bien mueble, que incluso puede servir como excusa para cobrar más por esa propiedad.
Incertidumbre
Al ser dueño de una propiedad tiene la certeza de tener un hogar, bien sea por el valor que representa en el caso de una deuda, o el hecho de que se tiene un lugar para vivir en el caso de cualquier eventualidad.
Mientras que al arrendar se está a la merced del dueño de la propiedad, aunque existen muchas clausulas en el contrato de arrendamiento que protegen de cierta manera a ambas partes, no existe la seguridad para el arrendatario.
En conclusión para aquellas personas con muchas deudas o que atraviesan muchos cambios en su vida como: matrimonios, nuevos bebes, o migración, tomar la responsabilidad de ser dueño de un inmueble es algo que debe pensarse detenidamente.