En los primeros años, los niños exploran intensamente su entorno y cada rincón de su espacio, disfrutando con entusiasmo de toda forma de expresión artística. La imaginación y la creatividad son esenciales en los espacios diseñados para ellos, promoviendo así su desarrollo integral. Más allá de un simple juego, es su derecho. Al crear actividades y espacios adecuados en casa, fomentamos su motricidad, fortalecemos sus habilidades sociales, avivamos su creatividad y contribuimos a la formación de su personalidad.
¿Cómo se debería planificar este espacio?
Los niños necesitan explorar sin límites siempre y cuando su entorno este seguro, la actividad espontánea es sumamente beneficiosa para ellos, esto no quiere decir que la casa deba ser un desorden, pero guardando las proporciones, no se debe disminuir la capacidad de disfrute del niño, por el contrario, debe ampliarse.
El lugar que se disponga para que el niño juegue debe contar con una buena distribución, muy buena iluminación y ventilación. Lo ideal sería una habitación para su zona de juegos pero muchas veces las condiciones de espacio no son las óptimas, hay que tener en cuenta que si bien determinar una habitación para ello es lo más idóneo, también debemos permitirle explorar la casa en todos sus rincones, siempre y cuando esté seguro, puesto que, es normal, positivo y muy sano para ellos. Si cuenta con un jardín, esa área es un espacio en el cual ellos también pueden liberar su creatividad.
A la hora de disponer ese espacio hay que tomar en cuenta varios factores:
La seguridad es uno de los elementos más importantes, eliminar de su alcance objetos pequeños que puedan meterse a la boca o herramientas que sean de trabajo que puedan tomar en un descuido. Alejar los envases con detergentes, productos de limpieza o inflamables, medicinas.
Si hay una ventana, tenerla con seguro para que no tengan riesgo de caerse o golpearse y desde luego, tapar los tomacorrientes, pues los niños suelen ser curiosos y si disponen de un atornillador, tratan de introducirlo por los huecos de la misma.
El segundo elemento a tener en cuenta es el aseo del espacio, esto asegura la buena salud del niño, los juguetes deben mantenerse limpios, así como pisos, paredes, estantes, ventanas, entre otros. Si, por el contrario, ha decidido tomar el patio como el área de juegos, por lo menos debe haber un espacio techado donde se resguarde de los rayos solares, verifique que no haya desniveles u hoyos donde el niño pueda lastimarse.
Procurar que el espacio donde juega el niño sea multifuncional, y esto quiere decir que hay muchos tipos de juego y muchas formas de jugar, están los que estimulan la imaginación y creatividad como construir cosas, pero también quienes imitan a los adultos y entonces juegan a la cocina, ir a la tienda, o simplemente dibujar o jugar con plastilina. Todas estas actividades estimulan al niño y van formando su personalidad.
A los niños les genera seguridad y libertad tener un espacio que sea solo de ellos, ya que pueden tocar, agarrar, explorar y jugar con todo lo que tienen allí sin preguntarse si pueden hacerlo o si estaría bien. Si bien no es algo obligatorio, es una ventaja maravillosa poder hacerlo.