Compartir una cocina con varias personas nunca ha sido fácil, sin embargo, existen algunos consejos que le serán útiles si desea garantizar la armonía en el corazón del hogar. La cocina es uno de los lugares comunes más frecuentado de la casa y también uno de los espacios donde más se pueden presentar inconvenientes si no se mantiene la limpieza.
1. Asuma la responsabilidad de sus problemas
Todos deben lavar los platos tan pronto terminen de usarlos, cada quien debe asumir la responsabilidad sobre las cosas que pueda ensuciar. A menos que estén dispuestos a contratar a una persona para que se encargue del aseo.
2. Planifique las tareas de la cocina
Planificar las tareas para la distribución del trabajo siempre hará las cosas mucho más fáciles. Fregar los pisos, botar la basura, lavar los platos e incluso limpiar los baños son unas de las actividades que puede plasmar en el plan.
3. Consenso sobre lo “limpio”
Todos tenemos un estándar de lo “limpio”, por eso es importante llegar a un consenso, así el más desordenado tendrá que ajustarse o la persona más obsesiva con la limpieza tendrá que relajarse.
4. Trabajo en conjunto
Una de las formas más fáciles de limpiar es trabajar en conjunto. Mientras uno enjuaga y lava los platos, otro los seca y los coloca en su lugar. De esta manera podría aliviar la carga de la tarea.
5. Mantenga sus platos separados
Si vive con personas que no se preocupan por cuidar los artículos de cocina, no hay problema, todos tienen derecho a tener prioridades diferentes, sin embargo, es buena idea que tenga un juego de sartenes que pueda mantener fuera del alcance de los demás inquilinos.
6. Contratar a alguien para que limpie
Si la idea de trabajar juntos para mantener el orden y la limpieza se vuelve una tarea titánica, considere seriamente contratar a alguien para que limpie la casa una o dos veces por semana. Muchos no pueden cumplir con un plan de limpieza ya sea por ocupaciones o simplemente porque limpiar no es lo suyo.
7. Déjelo ir
Este problema es muy difícil para muchas personas porque la mayoría tiene sus propias preferencias sobre la cocina y la limpieza. Mientras todos contribuyan y estén dispuestos a hacer compromisos, las cosas podrían funcionar. La norma de “limpiar su propio desorden” es algo que la mayoría de la gente le cuesta poner en práctica, y si usted ya se encuentra cansado de quejarse y comunicarlo amablemente, no debería seguir agobiándose, es mejor liberarse del estrés y comprender que esa realidad probablemente no cambie. Entonces, estudie otras opciones, como cambiar de compañero de cuarto o ir a otro lugar.
Después de todo, la mejor manera de lidiar con estas cosas es hablar con sus compañeros de cuarto. Exponga lo que más le pueda molestar. Si a su compañero no se siente bien con una tarea, propóngale otra, con la que se pueda sentir más cómodo, lo importante es su aporte.