Inspeccione hasta con lupa la casa o apartamento que se dispone a arrendar de ese modo evitará futuras decepciones. Revise las puertas, tuberías, toma corrientes, ventanas y electrodomésticos, si vienen incluidos en el contrato de arrendamiento.
Es importante también que compruebe el flujo y presión del agua, para descartar problemas con las cañerías, y que encienda las luces para saber en qué estado están los interruptores. Recorra cada habitación y asegúrese, centímetro a centímetro, de que le están entregando un lugar en las condiciones que le ofrecieron.
Recolecte todos los requisitos
Todo arrendatario solicitará una serie de documentos para respaldar el trato antes de cerrarlo. Por lo general, son papeles que comprueben su estabilidad laboral y bancaria. De igual modo, le solicitarán un depósito a modo de garantía que el arrendador le devolverá si no existen daños en el inmueble cuando lo devuelva.
Lea bien el contrato
No basta con cerrar el trato solo por un acuerdo verbal, así que prepárese para firmar un contrato de alquiler. Debe estar muy bien asesorado por un abogado sobre lo que está a punto de rentar, pues se va a comprometer legalmente a cumplir una serie de responsabilidades.
Sea simpático con su futuro arrendador
La primera impresión es lo que cuenta, por lo que una sonrisa y un trato cordial con la persona que le va a alquilar la casa o el apartamento será lo más correcto. Debe considerar que si las relaciones empiezan con el pie derecho, todo será más sencillo a partir de ese momento.