¿Cómo y en qué condiciones se debe entregar un inmueble para arrendar?

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Uno de los derechos principales que posee el inquilino es poder recibir y vivir una vivienda digna, habitable, que no posea ninguna eventualidad que interfiera con las necesidades básicas del arrendatario. Es por ello que las condiciones de un hogar antes de ser alquilado, tienen que pasar por ciertas evaluaciones y análisis para determinar qué tan apto es para vivir.

Así que, el arrendador posee un compromiso con el inquilino en hacerle entrega de un inmueble digno para vivir, y sobre todo, que sea justo en relación al canon mensual que el mismo exige. Por su parte, también es responsabilidad del inquilino mantener el inmueble en buenas condiciones durante toda su estadía, de hecho, se considera como parte de sus deberes.

¿En qué condiciones se debe entregar un inmueble?

La fachada de un inmueble es tan importante como la realización de un contrato en cualquier negocio. Más allá del diseño de interior de la propiedad, decoración y ornato, lo importante es que realmente el inmueble sea en su totalidad, funcional. Es decir, que posea paredes adecuadas, sin problemas de filtraciones o cualquier otro daño que obstaculice la comodidad de un futuro inquilino.

Una de las ventajas de evaluar con anticipación el inmueble, es precisamente para determinar cuáles son esos daños que se tienen que reparar, pues esta es una responsabilidad del arrendador.

Por otro lado, hay que tener en cuenta diferentes factores que influyen más en la administración y negociación del inmueble que se quiere entregar, ya que, no solo se trata de realizar una mudanza con las pertenencias, sino de planificar y ordenar absolutamente todo. Tal como:

Entregar el inmueble es uno de los pasos fundamentales en todo el proceso de arrendamiento. De hecho, se considera el más importante, ya que, más allá de entregar una propiedad, se trata de comunicar, dialogar, establecer normas, derechos y deberes sobre las cláusulas contractuales. Es el momento perfecto para conversar sobre las incomodidades contractuales y la última revisión del inmueble.

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