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Cómo manejar peleas con los vecinos como un profesional

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Nadie elige un hogar teniendo en cuenta quién le rodea, mucho menos si se arrienda, por lo que más temprano que tarde será el momento de lidiar con ciertas discusiones con vecinos.

Son muchas las razones que pueden generar peleas con los vecinos, desde los perros que ladran toda la noche, música a alto volumen, etc. El mundo es un lugar muy grande con personas muy diferentes así que tener un buen vecino puede ser como ganar una lotería, y lo contrario una completa pesadilla.

Saber cómo manejarlo de una manera pacífica es una habilidad difícil de conseguir, pero se pueden utilizar algunas estrategias para que estas disputas lleguen a una solución positiva para las personas involucradas y no seguir sumando problemas adicionales.

Identificar el verdadero problema

Existe una gran diferencia entre un vecino que causa problemas ocasionales y aquellos que pueden llegar a interferir seriamente en la calidad de vida de quienes le rodean. 

Para ello lo mejor es tomarse el tiempo necesario para pensar con cabeza fría qué es lo que está molestando realmente y es necesario discutir para llegar a un acuerdo satisfactorio.

Antes de iniciar una confrontación es importante saber si lo amerita, quizás solo sea necesario anunciar que genera una molestia antes de salir a discutir algo que es realmente ocasional y se pude llegar a un punto de encuentro donde ambos tengan algo que ceder.

Se debe presentar una solución donde ambos puedan salir beneficiados pero también tengan una cuota de responsabilidad que asumir en la situación establecida.

Evitar ambigüedades

Las personas tienden a creer que son los vecinos perfectos y no tienen ninguna falla, también lo que molesta a una persona puede ser cualquier cosa para otra, por lo que no debe quedar nada por sentado.

El volumen del televisor, los gritos de niños pueden no significar mucho para quien los produce, pero para el apartamento de abajo puede ser una total molestia.

Lo mejor es que la persona afectada se encargue de documentar aquello que le incómoda para demostrarle al vecino y el propietario del hogar, de esa manera se pueden tener argumentos reales.

Evitando malos entendidos, comentarios y opiniones, incluso se puede llegar a dar cuenta de que el problema no es tan grave y tiene una fácil resolución.

Investigar las reglas 

Si se vive en un conjunto residencial o un edificio, deben existir normativas que dicten el comportamiento que deben tener las personas para convivir correctamente en el lugar, e incluso en el contrato de arrendamiento se deben establecer reglas de convivencia. Así se puede evaluar si existen regulaciones en cuanto al problema ocurrido, si existe una clara violación dentro de esas normativas establecidas se tendrá un caso sólido para hablar con el vecino.

Comunicar directa y educadamente

Antes de dirigirse a otras instancias lo mejor es promover una conversación entre las personas afectadas. Así ambos tendrán la oportunidad de escuchar y tratar de enmendar el problema antes de que se vuelva más complicado de resolver.

De no estar cómodo con una conversación cara a cara, es perfectamente comprensible enviar un e-mail o mensaje de texto explicando lo que ocurre, sin usar un lenguaje acusatorio que pueda poner a la defensiva a quien reciba el mensaje.

Tener un compromiso

Al menos que se trate de algo particularmente engorroso o ilegal el objetivo debería ser encontrar un compromiso de cambio y no esperar que las personas cambien su estilo de vida de un momento a otro.

Si el compromiso es de ambas partes más fácil será encontrar una solución viable y que pueda brindar una solución sin conflictos.